En física, una teoría sólo es válida si podemos verificarla
con experimentos. La historia de la ciencia está repleta de teorías que
resultaron ser falsas.
El campo de Higgs es sólo una teoría. Para comprobarla
necesitamos encontrar la partícula asociada al campo de Higgs: el llamado
"bosón de Higgs".
Cuando queremos detectar el bosón de Higgs nos encontramos
con dos problemas fundamentales:
1) Para generar un bosón de Higgs, se necesita muchísima
energía. De hecho, se necesitan intensidades de energía similares a las
producidas durante el Big Bang. Por eso hemos necesitado construir enormes
aceleradores de partículas, el mayor y más potente del mundo que opera la
Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en la frontera
franco‐suiza, cerca de Ginebra (Suiza). En el interior del anillo del
acelerador del CERN colisionan protones entre sí a una velocidad cercana a la
de la luz.
2) Una vez producido, el bosón de Higgs se desintegra muy
rápidamente ya que su tiempo de vida es demasiado corto. Es más, el bosón de
Higgs desparece antes de que podamos observarlo. Sólo podemos medir los
"residuos" que deja al desintegrarse.
Estos dos problemas son de una complejidad tan tremenda que
para resolverlos hemos necesitado el trabajo de miles de físicos durante varias
décadas.
ANDREA JULIAN RAMIRO 1ºA
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